*Firman la CEDH y la Fundación Gilberto Rincón Gallardo.
385 Grados / Tlaxcala / Maire PISCIL / La luchadora social y defensora de los derechos humanos a las personas con discapacidad, Lídice Rincón Gallardo Pavón sostuvo que para que México alcance la paz social es necesario para eliminar la violencia estructural y garantizar la inclusión de todos los sectores.
La también presidenta de la Fundación Gilberto Rincón Gallardo afirmó que el país tiene una paz negativa, es decir, que no tiene guerra, pero a diario las y los ciudadanos viven índices de violencia clásica y estructural, que no permite alcanzar altos niveles de justicia social y el binomio indisoluble que tiene que ver con la seguridad humana y el pleno ejercicio de los derechos humanos, que permita salir a las calles sin miedo, alimentar a la familia, ir a la escuela sin preocupación de tener para libros, libretas o pagar una escuela particular, situaciones que impiden alcanzar la paz positiva.
Aunado a ello, la cultura pública ha estado viciada por la violencia y alterada por la intolerancia, la falta de respeto y de capacidad “de vernos como personas, con una mirada generosa, con respeto , con este reconocimiento de nuestras diferencias y entornos”.
Comentó que la discriminación es estructural y se genera con las relaciones asimétricas, es decir, cuando relacionamos a otros ciudadanos “de segunda o tercera categoría, esos genera desigualdades, evidentemente viola los derechos humanos”.
En la conferencia denominada “Inclusión y Cultura de Paz” realizada con motivo de la conmemoración de los 30 años de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), la activista indicó que la brecha de desigualdad y violación a las garantías individuales se hace más patentes para las personas con discapacidad.
Ante servidores públicos de los 60 municipios y estudiantes, la activista social expresó que los principales obstáculos para alcanzar la paz social son el resentimiento, la envidia y la venganza en lo individual o colectiva, que da pie a movilizaciones de grupos sociales, colectivos, pueblos comunitarios quienes han perdido la confianza hacia las autoridades, pues ejercen un violencia institucional al tomar decisiones arbitrarias sin tomar en cuenta a los sectores que pretenden beneficiar.
Afirmo que para alcanzar este fin de un proceso largo, en el que se debe visibilizar el origen del dolor, resentimiento y pobreza y coadyuvar para encontrar la solución no solo en la praxis, no solo en el discurso, porque “no nos sirven los discursos con bonita retórica, “si no entendemos que las personas sufren violencia estructural o institucional”.
Por ello celebró el convenio de colaboración signado con la presienta de la CEDH, Jaqueline Ordoñez Brasdefer, el cual consideró, dará la pauta para iniciar “juntas una lucha por la inclusión y la igualdad de oportunidades, para tratar de bajar estos índices tan feos de violencia en el país y en este granito de arena en nuestros estados”.
Por su parte, Ordoñez Brasdefer precisó que el convenio permitirá realizar acciones conjuntas en favor de los derechos humanos y de los grupos de personas que históricamente han sido más vulneradas.
Además de conjuntar esfuerzos y realizar proyectos relacionados con la búsqueda de una conciencia social para coadyuvar a la construcción de un México más justo y equitativo sobre la base de la defensa de los derechos humanos. Así como, la realización de actividades académicas, coloquios, seminarios, talleres, cursos, foros de discusión y análisis.
Subrayó la importancia de fomentar la creación y establecimiento de mecanismos de inclusión y participación ciudadana que protejan y garanticen Derechos Humanos de las personas.
