385 Grados / México / REDACCIÓN / Hoy se conmemora la expropiación petrolera en México, el 18 de marzo de 1938, fue un hito crucial en la historia del país. Bajo el liderazgo del presidente Lázaro Cárdenas del Río, el gobierno mexicano decidió nacionalizar la industria petrolera, que en ese momento estaba bajo control de compañías extranjeras, principalmente británicas y estadounidenses. Esta medida se tomó debido a la negativa de las empresas extranjeras a cumplir con los acuerdos laborales y a la creciente demanda de una mayor participación del país en los beneficios del recurso más valioso de su economía.
La expropiación significó la creación de Petróleos Mexicanos (PEMEX), una empresa estatal que asumiría el control de la exploración, explotación y comercialización del petróleo en el país. La acción fue vista como un acto de soberanía nacional, un símbolo de deseo de México de tomar el control de sus propios recursos naturales y no depender de intereses extranjeros. Aunque la decisión generó tensiones diplomáticas con los países involucrados, especialmente con Reino Unido y Estados Unidos, la expropiación también consolidó a Cárdenas como uno de los presidentes más populares de la historia de México y fortaleció el sentimiento nacionalista.
A largo plazo, la expropiación permitió que México utilizara los ingresos provenientes del petróleo para financiar el desarrollo de infraestructura y programas sociales, transformando la economía del país. Sin embargo, también trajo consigo desafíos, como la necesidad de desarrollar tecnología y capacitación para manejar la industria petrolera, que antes estaba en manos de empresas extranjeras con mayores recursos. La expropiación petrolera fue un evento clave en la consolidación de la soberanía nacional de México y en la construcción de un país más fuerte y autónomo.
