*Predica la segunda caída del Viacrucis en Chiautempan.
385 Grados / Chiautempan / Maire PISCIL / EL Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino llamó a los feligreses a ponerse al servicio de los demás que permita eliminar el pecado, la enfermedad, el mal en el mundo, para continuar con el proyecto de vida de Jesús.
En su mensaje, durante la segunda caída en el Viacrucis realizado en Chaiutempan, afirmó que a tres años de la pandemia por Covid-19, las condiciones sanitarias permiten abrir nuevamente las puertas y el corazón pare vivir el misterio de la Pascua.
Sin embargo, indicó que la contingencia sanitaria también mostró la debilidad de los seres humanos y “nos vino a recordar que nuestra vida depende de Dios, que nosotros tenemos vida, tenemos la familia y trabajo, gracias a Dios nuestro padre”.
“Qué ha pasado en estos tres años, qué ha sucedido en nuestros pueblos y en nuestras comunidades, en nuestras familias.
Esta pandemia nos ha enseñado que somos limitados, que nosotros no podemos tener seguridades humanas, aquellas seguridades que teníamos antes de la pandemia se vinieron abajo, fueron falsas seguridades”, comentó.
Frente a la parroquia de Nuestra Señora Santa Ana y las imágenes de Padre Jesús del Convento y la Virgen María, el jerarca católico destacó que otro aspecto importante, es que en los tres años en los que estuvo presente el virus SARS-COV-2 mostró la solidaridad cristiana, personas que animaron y consolaron a quienes resultaron contagiados, pero también ayudaron a conseguir medicamentos u oxígeno, dando muestra de lo que “Jesús nos pide, preocuparnos de los demás, servir a los demás”.
Expuso que el durante el Jueves Santo el lavatorio de pies a los 12 apóstoles no es un signo de folclor o tradición sino de servicio a los demás, “nos encerremos en nosotros mismos, no pensemos nada más en nosotros”.
Resaltó que la Cruz no es un signo de muerte sino de vida, por ello insistió en vivir el evangelio para bien “de nuestros pueblos y de nuestras familias”.
