*Escritas por David Chamorro Zarco Cronista Municipal.
385 Grados / Yauhquemehcan/ REDACCIÓN/ Como estamos en noviembre,
Nos visitan los difuntos;
Disfrutemos de la fiesta,
Estando aquí todos juntos.
Tradición ya muy añeja
Es versar con palabritas,
Pícaras y pintorescas,
Llamadas Calaveritas.
Vayan las mías dedicadas,
Con el respeto debido,
A estimados compañeros,
A Yauhquemehcan querido.
Noviembre, año veintitrés,
Llegó corriendo la Parca,
A la sesión de Cabildo,
Queriendo imponer su marca.
Propuso punto de acuerdo
Para cargar con ediles;
Más, cruentas las discusiones,
Argucias oyó por miles.
Por eso cargó con todos,
Dejando por toda gracia
Que decisión de la Muerte
No sabe de democracia.
Presidenta Maria Anita
Quiso a la Parca engañar,
Pero ni con gran discurso
Pudo su marcha atrasar.
Esperanza, la Maestra,
Puso su ofrenda afanosa,
Más ni por eso escapó
A Muerte carrascalosa.
A Denise dijo Huesuda
«Conserva lo necesario,
Mira que me llevo presto
A tu Señor Secretario».
Don David Vega Terrazas
Arguyó con gran maestría,
Más la Muerte lo hizo suyo
Con todo y su charrería.
La Muerte buscó en su lista
“David Hernández Montiel”
Y, cuenta pública en mano,
Jamás supimos ya de él.
Parca fue a Casa de Piedra,
Y a Miguel López Rosete
No le valieron sus obras
Para esquivar el tolete.
En el Desarrollo Urbano
La Huesuda reclutó
A ingeniero Jorge Torres
Con todo y planos, llevó.
Quiso esconderse el buen Leo
Tras sus viejos documentos,
Más la Muerte escrutadora
Cargó sus humanos restos.
Quiso defenderse Mauro
A la prensa convocando,
Más le llegó la guadaña
Y al panteón fue caminando.
Vladimir a juventudes
Puso virtudes a vista,
Pero Parca marcó el fin
Del trunco seminarista.
La Muerte, ya muy cansada
Fue a UBR por masaje,
Y con las almas de todos
Atiborró su equipaje.
Brenda Laura, la doctora
Lució su hermosa figura,
Más ni siquiera por eso
Se salvó de la Huesuda.
Al DIF marchó la guadaña,
A Rebeca y Carmen llevó
Al lugar del campo santo
Que ayer mismo designó.
Servicios Municipales
visitó la gran Catrina
y a la dilecta Chelita
se llevó en carroza fina.
Luego cargó con cuadrillas
De honestos trabajadores,
Dejando con gran carencia
A todos los pobladores.
El buen ingeniero Mauro
Quiso huir despavorido,
Más la Muerte lo encontró
Por ser hombre conocido.
Por ciertos malentendidos
Fue Parca a Comisaría;
Llevose a estado de fuerza
Sin importarle osadía.
El primero de la fila
Fue el Director Rafael;
con todo y certificados
la Muerte cargó con él.
Luego fue con socorristas
A Abel buscó a domicilio,
Y el hombre marchó al arcano
Por más que gritaba auxilio.
Fue Flaca a la Presidencia
“Elizabeth, es tu hora”
Y la empacó con su equipo,
No obstante ser Contralora.
Por picar cientos de pleitos
Muerte cargó con Rosario,
Y ni litigios ni amparos
Le salvaron del sudario.
Llevose como propina
A Jorge, y a fiel Cristina
Demostrando que abogados
Nada pueden con Catrina.
Parca no paga prediales,
Por carecer de terreno,
Por eso cargó con Norma,
A erario puso un buen freno.
Quiso inscribir a sus muertos
Ante el Registro Civil,
Y completó su paquete
Con Ingrid en su barril.
La Muerte estaba sedienta
Agua quiso darle Amado,
Pero por falla en la bomba
Resultó muy castigado.
La Parca exigió justicia
Ante el Juez Municipal
Más no alcanzaron convenio
Y lo guardó en su costal.
A Isabel y Marco Antonio
También echó de ribete,
Y se marchó muy contenta
De tan fino ése paquete.
Marlon quiso escabullirse
Debajo del escritorio,
Pero la Muerte, muy trucha,
Lo pasó a su dormitorio.
Olga, en cambio, presurosa,
Se abrazó de la Guadaña,
Diciendo que ante la fuerza
No hay mejor que buena maña.
La Muerte, ya muy moderna,
Algoritmos utilizó
Para engatusar a Miriam
Que treta no adivinó.
A Nohemí, la Contadora,
Se le cerró adquisiciones,
Cuando la Huesuda vino
A imponer sus condiciones.
El buen compañero Enrique
Quería notificación,
Más la Catrina lo apresa
Sin previa autorización.
Por más que dijo Bermudez
Con labia muy desbocada,
La Muerte le cerró el pico
De tremenda bofetada.
Responsable en sus costumbres
Julio Gachuz preparó
Logística para Parca,
Pero ni así se salvó.
Lázaro Báez, muy tranquilo,
fue a recorrer su parcela
Y encontró por gran cosecha
A la Muerte con candela.
La ley de oferta y demanda
Ramón quiso hacer valer,
Pero la Flaca no sabe
De otro dato que caer.
Teresa en prisa gestiona
una orden de protección,
Pero la Muerte se ríe
De tan vana invocación.
Rodolfo dio testamento
Cuando Calaca llegó
Sin ley quedó el medio ambiente
Y a Lobatón sepultó.
Quiso la Muerte dejar
Puntual su relatoría
Y buscó por todos lados
A quien escribir debía.
Con David Chamorro Zarco
Termina mortal relato,
Pues tampoco sus pecados
Le indultaron de arrebato.
Se perdió papel y lápiz
Pues se murió aquél Cronista,
Que al cabo era tartamudo
Y muy cortito de vista.
Aquí se acaba la historia
Mis estimados vecinos,
Pongan ya luego su ofrenda
Y enderecen sus destinos.
Este autor de Calaveras
Les pide con mucho afán
Que si gustaron de versos
Le den tamales y un pan.
